Navalcarnero - Turismo

Anónimo, La Virgen con San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga
(Retablo de la Virgen del Carmen.
Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción).

En 1563 el párroco Juan Bautista de Madrid, gran admirador de los jesuitas, ofreció al papa Pío IV la resigna o cesión del curato parroquial a beneficio de la Compañía de Jesús, con la condición de que ésta fundara un colegio en el lugar. Una bula de 7 de julio de ese mismo año ratificó el compromiso de unión material de la iglesia parroquial, con todos sus derechos y pertenencias, al futuro colegio que se construiría en Navalcarnero y que a su vez dependería del Colegio Máximo de Alcalá de Henares.

 La oposición del vecindario y las reservas expresadas por la sede arzobispal de Toledo obligarían a revisar el contenido de esta primera anexión. Una segunda bula de 1566 limitó esta unión a sólo los derechos del curato parroquial, manteniéndose la iglesia bajo la autoridad arzobispal toledana. Lo que permitió que en octubre de ese mismo año el P. Martín Hernández tomara posesión del sitio donde en pocos años se levantaría el nuevo colegio de la Compañía de Jesús.

 Este centro docente no tardaría en alcanzar merecida fama en la región, viviendo una intensa pero efímera época dorada. La gran afluencia de estudiantes provocó que en sus aulas impartieron clase tres maestros y no sólo uno, como se estipulaba en las bulas de la unión. Además, en 1575 se trasladó el noviciado de Alcalá de Henares a Navalcarnero, donde permanecería hasta 1579. A finales de siglo el colegio entraría en una grave crisis económica hasta convertirse con el paso de los años en una residencia secundaria de la Compañía de Jesús, en la que a duras penas se mantendrían las clases de Gramática para los jóvenes del lugar.